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Ubuntu 10.10 Beta, pequeños cambios que acaban sumando

Ayer a última hora de la noche (en España, claro) apareció disponible Ubuntu 10.10 Maverick Meerkat en versión beta, cumpliendo así con el programa de desarrollo de una distribución a la que le queda apenas un mes y medio para ver su edición final, que, mucho me temo, no será tan radicalmente distinta a sus antecesoras como se había pensado en un principio. Durante cierto tiempo parecía que Maverick Meerkat iba a ser revolucionaria en su interfaz, y que GNOME 3.0 tendría un papel importante en ese cambio, pero ha habido diversos factores que han impedido dicho cambio.

Entre ellos, el hecho de que GNOME 3.0 está aún lejos de ver la luz del día. De hecho, se espera que hasta marzo de 2011 no aparezca la versión final, lo que hace poco probable que veamos este entorno de escritorio disponible de forma nativa en Ubuntu 11.04 Natty Narwhal, aunque sí puede estarlo de forma opcional. Parece que Ubuntu 11.10 -aún sin nombre definitivo- sí puede ser candidata a un uso de un escritorio totalmente diferente al que habíamos conocido.

En Ubuntu 10.10 Beta no obstante hemos ido notando -los que la usamos- cómo los pequeños cambios van sumando, y convierten a la distribución en un producto más usable, más elegante y con una interfaz más pulida. Puede que la distro se para muchos más de lo mismo, pero lo que nadie puede negarle a Canonical es el hecho de que están trabajando muchísimo en mejorar todo tipo de pequeños apartados de la interfaz de usuario.

Pero, ¿es eso suficiente para justificar el lanzamiento de una nueva versión?

La verdad es que en Ubuntu 10.10 no hay apenas cambios destacables a nivel interno respecto a lo que habíamos visto en ediciones anteriores. Sí, ya hay soporte opcional de Btrfs, y sí, se actualizan los componentes base -kernel (2.6.35, antes 2.6.32), entornos de escritorio (GNOME 2.31, antes la 2.30), sistema de ventanas (xorg-server 1.9.0, antes 1.7.6)- pero no hay grandes sorpresas en el soporte de nuevos estándares ni avances brutales en el soporte de tecnologías punta, algo que sí suele suceder por ejemplo en Fedora.

Pero lo que sí vemos es mejoras en la interfaz y en la usabilidad. O al menos, cambios, ya que no todos son necesariamente buenos para los usuarios. Un ejemplo de un mal paso en usabilidad en mi opinión: lo de los botones de cierre, maximizar y minimizar ventana que se sitúan a la izquierda desde hace meses, y que siguen sin convencer a muchos -incluido yo. Ese cambio -si queréis dejar las cosas como antes, aquí hay una solución- estaba destinado a dejar sitio para los llamados windicators, pero no hemos vuelto a saber nada del tema.

Pero el caso es que en Ubuntu 10.10 todo está más refinado. Los temas Light (Ambiance, Radiance) han sufrido muchos pequeños retoques en las últimas semanas por parte del equipo de Canonical -cuyos diseñadores tienen un blog bastante curiosete aquí- pero además ha habido cambios notables en la interfaz de algunos componentes muy notables.

Por ejemplo en el instalador, que es más elegante y usable que nunca y que por ejemplo nada más seleccionar la partición comienza a copiar ficheros… mientras tú sigues eligiendo algunos parámetros adicionales, como la zona horaria o tu nombre de usuario y contraseña. Una curiosa mejora que es sencillamente genial para ganar algo de tiempo en ese proceso.

El Centro de Software de Ubuntu también se ha vuelto más ambicioso y funcional, y por ejemplo presenta diversas secciones de aplicaciones (destacadas, recientes), permite ver dónde están los ejecutables de lo que acabamos de instalar, y permite acceder a una zona de aplicaciones comerciales -aún sin herramientas disponibles-.

También me gusta el pequeño detalle del menú de audio de la barra superior, que te muestra los controles de reproducción para que no dependas únicamente de la aplicación (Rythmbox por defecto), sino que también puedas pausar, ir a la siguiente o a la anterior desde ese menú.

¿Son grandes cambios? No. ¿Son útiles? Indudablemente. La interfaz es lo que va a ver el usuario final, así que centrar esfuerzos en ella nunca será tiempo perdido. Afortunadamente tampoco importa mucho que Shuttleworth se empeñe en machacarnos con los temas marrones, porque hay miles de diseñadores en todo el mundo que crean temas, fondos de escritorio e iconos que permiten renovar la experiencia a nuestro gusto, así que esa experiencia de usuario -que va más allá de Ubuntu- se puede expandir de forma casi ilimitada.

Por mi parte lo tengo claro: Elementary es hoy por hoy el proyecto más interesante en interfaces de usuario, y su disponibilidad en GNOME -y por extensión, en Ubuntu- hacen que el escritorio de Linux sea difícilmente igualable en elegancia, usabilidad y potencia. Si a eso le sumamos elementos como Avant Window Navigator y Compiz, ya te puedes olvidar de otras propuestas. Al menos, claro, en mi opinión.

Por cierto, pequeño aviso para los que actualicéis a Maverick o los que lo habíais hecho ya: hay un error que aparece siempre al actualizar la lista de repos con PPAs que os interesen. Si os ocurre e intentáis instalar algo, o saldrá mensaje tipo ‘ ???N: Ignoring file ‘ elementaryart-ppa-maverick.list.save’ in directory ‘ /etc/apt/sources.list.d/’ as it has an invalid filename extension’ . No hay manera de evitar esos mensajes salvo que borremos los repos, pero hay una solución:
echo «Dir::Ignore-Files-Silently:: \».save$\»; » | sudo tee /etc/apt/ap

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